Una de las razones de comenzar mi blog, fue mi pasión por la
cocina, aprender nuevos platos, conocer nuevos sabores y mejorar un poco para
que la rutina de comer todos los días no se me hiciera aburrida.
Perú es un país lleno de posibilidades, con muchos
ingredientes diferentes, sabores alucinantes y técnicas culinarias desconocidas
para mí, pero si a esto, se le añade que hablar sobre comida es el deporte
nacional (más que el fútbol os lo aseguro) mi paso por este país puede ser una
gran maestría.
En esta ocasión os quiero enseñar una receta que se extiende
por toda Latinoamérica y que en cada uno de sus países, muy diversos, se hacen
de diferente manera, incluso acá en Perú según la zona, su elaboración es
distinta.
Los tamales
Según su definición es el nombre genérico que se da a varios
platos de origen indígena preparados con masa de maíz, unas veces rellena y
otras veces no, y que se envuelven en hojas de maíz, o plátano, aguacate o
similar para poder cocerse en agua o al vapor.
Pueden ser dulces o salados.
Como os comento por toda Latinoamérica se conocen y se
saborean casi a diario, en el desayuno, en el lonche, o como acompañamiento a
algún plato de fondo. Es muy común que algunos vendedores lo ofrezcan por las
calles o zonas residenciales como un medio de sacarse un dinero extra.
La base de todos los tamales es el MAIZ pero entre ellos la
diferencia está en si se usa el CHOCLO (el maíz de mazorca, tierno, blanquito
que cuando lo trituras bota un líquido similar a la leche) o sí se usa el maíz
seco, en amarillo, que es duro. El acabado es diferente.
La comodidad ha hecho que se pierda un poco la forma de
hacerlo y se acaba usando la harina de maíz, pues bien, en mi caso gracias a mi
suegro he aprendido a hacerlo , a lo tradicional con el choclo desgranado.
Vamos por la receta a ver que os parece.
Ingredientes para unos 40 tamales
v
3 kilos de maíz choclo desgranado
v
3-4 cebolla china sólo la
parte verde del tallo
v
Culantro o cilantro
v
Ají amarillo, la cantidad
será en función si nos gusta o no picante, si se quiero darle un toque picante
ponerle el ají limo (algún día hablare de los ajís que es todo un mundo)
v
Pancas tiernas, son las
hojas del maíz, lo que cubre la mazorca, de no tener se puede sustituir por
otras hojas o incluso papel de aluminio.
v
500 ml de aceite suave
Elaboración
Se pone en remojo las pancas para que se puedan manejar bien
cuando vayamos a hacer los paquetitos.
Se lava el grano de maíz.
Se corta la parte verde de la cebolla china, se lava y se
corta en pedacitos.
El culantro se deshoja, no usaremos los tallos porque eso da
amargor.
Se corta el ají en dos para quitarle las pepitas y las venas
que es lo que pica más, y se trocea.
Una vez que tenemos todos los ingredientes listos vamos a
triturarlos en un molino. Antiguamente se usaban los BATANES una base que con
la ayuda de una piedra te ayudaba a triturar los alimentos.
Nosotros nos hemos
modernizado un poquito, pero no mucho pues usamos un molino manual que tiene
alrededor de 50 añitos.
¿A qué tiene su encanto?
Para evitar mancharlo todo, ponemos periódicos en la mesa pues el choclo puede soltar bastante líquido.
Ahora toca la parte del ejercicio, vamos metiendo en el
molino un poco de cada ingrediente y lo vamos moliendo. Según vamos poniendo ingredientes veremos que
va cogiendo el color verde característico de estos tamales, gracias al culantro
y a la cebolla china.
En las primeras pasadas es cuando ajustamos la rueda para trituras más o menos, no se busca un puré sino una masa que se note los trocitos del choclo y resto de ingredientes.
Cuando lo tenemos terminado de moler, calentamos el aceite
en la sartén. Debe estar bien caliente. Lo ponemos encima de la masa de los
tamales y removemos bien.
Probamos para comprobar la sal.
Ya es hora de empezar a hacer los paquetitos. Esta es la
parte más delicada, hay que ser un poco hábil, a mí al principio se me
esparramaba todo, ¡un desastre! Pero la paciencia de mi suegro no tiene límites
y no me dejó claudicar.
Se coge una panca grande y otra más pequeña, las puntas se
ponen para afuera, un poco de masa (dos cucharadas más o menos) y vamos cerrando
enrollando las dos pancas, quedan las dos puntas una se pone al centro y la
otra encima.
Se cierra el paquetito con una cuerdita, se puede usar un trozo de
panca pero ya eso sería de matrícula de honor, gente muy experimentada.
Con paciencia vamos terminando toda la masa, y
siempre-siempre el último será el más gordito para terminar a lo grande, ese es
para el cocinero …..
Éste fue mi primer tamal ....
Una vez terminados
Mientras hemos estado haciendo esta tarea, tendremos agua
puesta a hervir en una olla grande, de esta manera cuando los tamales estén
hechos los meteremos en el agua para su cocción. El tiempo será de entre 45 min
una hora desde el momento que empieza de nuevo a hervir el agua.
Pasado ese tiempo los sacamos para que boten el exceso de
agua.
Una vez fríos los podemos mantener en la nevera, duran perfectamente una semanita, cuando queramos
consumirlos sólo tendremos que calentarlo un poquito en el microondas.
Este es el primer tamal que degustamos .... el
resultado era perfecto.
Se puede acompañar con un poco de cebolla roja picadita con sal y zumo de limón.
Esta receta pertenece a la familia de mi suegro, la aprendió de su mamá que a su vez la aprendió de la suya. En su momento espero que mi hijo la aprenda para que no se pierda. Cuatro generaciones y todo un futuro por delante para no perder las buenas costumbres.
Esta receta pertenece a la familia de mi suegro, la aprendió de su mamá que a su vez la aprendió de la suya. En su momento espero que mi hijo la aprenda para que no se pierda. Cuatro generaciones y todo un futuro por delante para no perder las buenas costumbres.
Un plato típico piurano que combina a la perfección con los
tamales verdes es el Seco de cabrito con frejol blanco.
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Es un plato de celebración, de reunión, típico de fin de
semana. Aprovechando que hoy es jueves y comienza INVENTANDO EL FINDE y hacía
mucho que no participaba me uno el día de hoy con esta receta que espero les
guste.

Cómo llevo un tanto desaparecida voy a ver si me pongo al día con las propuestas de otros blogs para este finde otoñal en este lado del charco y primaveral por mi tierra querida.
Nos vemos.
Nos vemos.
Querida amiga, que gusto volver a leerte!!! y que gran regreso!, amo los tamales, tengo una amiga peruana que los prepara deliciosos. El homólogo en Chile serían las humitas, son exquisitas con ensalada de tomate y cebolla tierna, ñami!!
ResponderEliminarun abrazo y bienvenida otra vez ;)
¡¡Recetón!! Yo no tengo paciencia para hacer algo tan elaborado èrp es un gusto leer la receta y deleitarse con estas imagenes.
ResponderEliminarBesitos
Aunque es demasiado elaborado para mi, reconozco el gran trabajo y la receta que debe de resultar exquisita.
ResponderEliminarBstos
Menuda pinta que tienen, y la explicación genial, paso a paso, bien documentada. El único inconveniente es que aquí es más difícil encontrar ese tipo de ingredientes. El molino manual es precioso. Un saludo!
ResponderEliminarHas vuelto! Que ganas! Y a lo grande, ya los has dejado aquí documentado para siempre....Yo los probe y a decir verdad no me entusiasmaron pero si te pasas por aquí y nos los preparas...me apunto sin dudarlo!!!!
ResponderEliminarme encantaria probar ese plato pero menuda tarea hacerlo , ahora que tiene que estar riquisimo , me ha encantado el molinillo de mano , toda una reliquia , besitos
ResponderEliminarUuuufff!!! Vaya plato más eleborado!!! Tiene pinta de ser una delicia!!! Y ese molino manual espectacular!!!
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